Particularmente no entiendo la vida sin compartirla con un perro.
Los beneficios de experimentar una unión especial con un perro son muchos e incuestionables, pero para ello es necesario saber cómo conseguir disfrutar de ellos y hacerles disfrutar.
Un buen programa de adiestramiento y un objetivo claro, son las claves para conseguirlo.
Durante algo más de cuatro años he aprendido junto a David Borjabad, responsable de la escuela de formación canina Rukuba, todo lo que a día de hoy sé del mundo canino, y también le debo lo que son mis perros, ha sido la pieza clave para «construir» el carácter necesario para disfrutar con ellos en todas las actividades de mi vida, planificando una formación multidisciplinar.
Aparte del tiempo trabajado, y sobretodo disfrutado para la correcta socialización y educación de mis perros, y dado mi interés en ampliar mis conocimientos, realicé un Curso de Educación Canina en Rukuba, formación que complementé en el Centro de Psicología Dengra, con un Curso de Terapia con perros para niños con Autismo.
Posteriormente me he formado en Security Dogs como Guía Canino para Perros de Protección, y con un apasionante y emotivo curso de Perros de Protección para mujeres víctimas de violencia de género.
Así de sencillo se explica mi manera de entender al perro, es parte esencial en mi vida, siempre me he preocupado de que formen parte activa de ella, y de que lo hagan en el mejor estado emocional posible.
Mis perros se han convertido en mi pasión, forman parte de mi familia y allí donde voy, ellos me acompañan.
Ir a una playa, tomar una cervecita, pasar noche en un hotel, relacionarse con otros perros, hacer deporte, posar para un shooting fotográfico de moda, practicar ejercicios de defensa deportiva, obediencia, búsqueda o dar rienda suelta a sus instintos de pastores con ganado y tener la certeza de que la conducta de mis perros siempre va a ser la adecuada a las circunstancias,
me dota de una libertad total para poder disfrutar con mis perros y hacerles disfrutar.
